lunes, 18 de noviembre de 2013

INTERSEXUALIDAD TRANSEXUALIDAD: UNA MIRADA CRÍTICA

Para comenzar a analizar el estado de este tema he considerado apropiado definir algunos conceptos básicos que hemos de conocer para comprender en su complejidad y magnitud la cuestión que nos ocupa.
Intersexualidad: Es una condición poco común por la cual un individuo presenta discrepancia entre su sexo cromosómico (XY / XX), gónadas (testículos / ovarios), genitales (pene / vagina) , poseyendo por tanto características genéticas y fenotípicas propias de hombres y mujeres, en grados variables.

Transxelualidad: Es una identidad transgénero que define la convicción por la cual una persona se identifica con el género opuesto a su sexo biológico, por lo que desea vivir y ser aceptado como una persona del género opuesto. La transexualidad es característica por presentar una discordancia entre la identidad de género y el género biológico.

Sexo: En biología, el sexo es un proceso de combinación y mezcla de rasgos genéticos a menudo dando por resultado la especialización de organismos en variedades femenina y masculina (conocidas como sexos). 

Género: Es un concepto cultural que alude a la clasificación social en dos categorías: lo masculino y lo femenino. Es una construcción de significados, donde se agrupan todos los aspectos psicológicos, sociales y culturales de femineidad/masculinidad. Por lo tanto, la acción de la sociedad es definitiva para su aprendizaje y desarrollo.

Sexualidad: Se refiere a cómo se viven y cuáles son las conductas y las maneras en que se realizan las prácticas sexuales, la seducción, los deseos y placeres eróticos, siempre influidos por las pautas y reglas sociales que impone cada cultura.
ADS: Anomalía de la diferenciación sexual.
Además hemos de conocer la prevalencia de casos en la población, para hacernos una idea de lo importante que es para nuestra sociedad adquirir un conocimiento lo más adecuado, responsable y respetuoso posible para ayudar a aquellas personas que lo necesiten.
Ambigüedad sexual: Incidencia anual de 1/4500 nacidos vivos
Hermafroditismo verdadero  entre un 1 y 10% de los casos de ambigüedad sexual
El 90% de los casos de ambigüedad genital se operan a genitales femeninos

Una vez aclarados los conceptos anteriores, y atendiendo a la incidencia de la intersexualidad, vamos a comentar, en primer lugar información proveniente de textos de prensa divulgativa.
La visión centrada en la biología no únicamente daña a deportistas, niños a los que se decide criar en un género u otro de manera totalmente arbitraria, adolescentes confundidos  y también a familiares de afectados.
¿La biología en sí misma como ciencia, no debería aportar utilidad? Debería ayudar a solucionar problemas o conflictos con los que la gente tiene que enfrentarse, y no ceñirse a catalogar sin más, ha de aportar sentido común y utilidad a una temática muy confusa y descuidada en lo que a dignidad personal respecta.
Sin embargo hemos encontrado a lo largo de la historia (con ejemplos de grandes deportistas, niños que nacieron con una combinación de aparatos femenino-masculino, etc) que se cierra en banda hacia interpretaciones meramente genéticas. Nos ha encerrado en una dicotomía sexual demasiado firme que deja fuera a una parte de la población marginada y estigmatizada.
Cómo negarle su feminidad a una mujer que así se siente y así ha vivido durante toda su vida, porque al realizarle una prueba de sexo resultara tener unos genes XY. Como decía Martínez Patiño: "Jamás me he cuestionado, por todo lo que digan mis cromosomas, que no sea una mujer. Me he pasado noches sin dormir, llorando, pero jamás por sudar de lo que soy."
Esta visión de la biología tradicional abarca tan poco del horizonte existente que resulta carente de utilidad por completo.
Pero hagámonos unas preguntas interesantes respecto al tema:
Esa necesidad de categorizar ¿Es realmente una necesidad?, ¿Para qué, para quién?. ¿Qué es más importante el sexo genético o la identidad sexual de una persona?. Es más ¿es necesario que el espectro de respuestas se restrinja a dos opciones?
Vemos como la sociedad (tanto la parte lega, como la científica: médicos) dicta qué se debe ser o no ser, el como la indeterminación ha de verse determinada; hacia un lado u otro.
Se niega el derecho a ser deseado, a ser bello, a ser DIFERENTE. Los citados derechos se reservan con celo para las Mujeres y Hombres con mayúsculas, aquellos que se ciñen a esa definición de diccionario de preescolar, que no conoce el concepto mayúsculo de diversidad.
Pero esas personas existen, son, piensan y sienten como uno más.
En varios de los artículos, veíamos como ante la incapacidad por parte de los médicos de determinar el sexo de un niño al nacer, surgía el imperativo de asignar por medio del quirófano de ese sexo. Normalmente la decantación era el sexo femenino. El hecho de tomar tal decisión con respecto a otra persona implica la probabilidad de que en el futuro ese sujeto no se sienta identificado con el género al que supuestamente pertenece.
En referencia a estos casos podemos comentar uno muy especial y controvertido, comentado en el periódico "El Mundo" a la fecha de 15/05/2004.
Se trata del caso de David Reiner natural de Winnipeg (Canadá). En 1965 sus padres les llevaron a él y a su hermano gemelo al pediatra en una visita rutinaria donde se les aconsejó realizarles la circuncisión. Ambos se operaron, pero la operación de David salió mal y quemó de manera severa gran parte de su pene y dejó el órgano completamente inútil.
Meses después los padres vieron un programa de televisión, donde el doctor John Money afirmaba que era posible que los bebes tuvieran un sexo neutral al nacer, es decir, un sexo indefinido, que podía cambiar a lo largo de la vida.
Al ponerse en contacto con él consideró el caso una oportunidad para resolver el dilema naturaleza o educación en referencia al sexo de una persona. Tal fue así que operaron a David para castrarle y le crearon una vagina con la piel restante de sus genitales. Las instrucciones a los padres fueron que lo trataran como una niña.
El final de la historia es lamentable pues David sufrió malos tratos en la escuela, intentos de suicidio, y cuando por fin su padre le contó la verdad decidió vivir como hombre. Y tras la muerte de su hermano gemelo y la separación de su esposa entro en un estado de angustia que le llevo al suicidio.
Al parecer la identidad de género no está en manos de la educación, al menos no únicamente. Tanto biología como cultura  tienen papeles importantes. Y el olvido de alguna de las dos por parte de científicos ha hecho y hace un gran daño, tanto a personas como David, como a la ciencia y la psicología.
Afortunadamente en los últimos años parece que se prefiere dejar que el niño crezca y se exprese antes de reconstruir los genitales hacia la apariencia de un sexo u otro.

Se ha venido desarrollando hace pocos años una línea diferente de pensamiento, aquella que afirma que una mujer u hombre es tal, si así se considera.
En su aplicación a los transexuales, la ley de identidad de género aprobada en España en 2007 dice: "Que cada persona decida con qué género se identifica y con cuál quiere vivir, independientemente de su físico".
Otro pequeño avance legal permite ahora que personas transexuales puedan cambiar su sexo y nombre inscritos en el Registro Civil. Simboliza un reconocimiento más en el campo de la intersexualidad. Al permitirse realizar el cambio del sexo y nombre, se reconoce el derecho de la persona a elegir su identidad sexual y su género sea cual fuere su sexo biológico.
Una vez comentados los textos de prensa nos centraremos ahora en los artículos académicos.
Basta con leer el pequeño fragmento (Pensar en la intersexualidad hoy) redactado por una de esas personas que ha padecido en su cuerpo la definición inquisidora hacia un lado u otro de esta utopía dicotómica en la que nuestra sociedad se halla.
Bastan sólo sus palabras para describir los sentimientos, de los que son también partícipes miles de personas en el mundo. Y cito algunos de ellos que por su sinceridad conmueven:
- "La restauración es una fantasía en los libros, pero una pesadilla en la carne".
- "Empezar a curar algo de lo que jamás estuve enfermo hasta que alguien quiso curarlo".
- "La intersexualidad no es una enfermedad, sino una condición de no conformidad física con criterios culturalmente definidos de normalidad corporal".
Y todo ello ocurre cuando es biológica y médicamente conocido el hecho de que la intersexualidad no es ninguna novedad, al contrario, más bien.
A sabiendas de que el sexo es un continuo basto de alternativas que sobrepasa de largo,  el tan aclamado y defendido por el sistema legal, sexo femenino y masculino.
Hay al menos tres subgrupos “principales”, entre los dos ya sobradamente conocidos, que se conocen en medicina, pero de los que no se habla demasiado. Estos son:
- Los verdaderos hermafroditas: que poseen un testículo y un ovario.
- Los pseudohermafroditas masculinos: tienen testículos y algunos aspectos genitales femeninos.
- Y los pseudohermafroditas femeninos: presentan ovarios y algunos rasgos genitales masculinos.
Pero aun estando científicamente avalados la existencia, de al menos tres, sexos más; se exige a las personas que en estas situaciones se encuentran, que elijan un rol de género establecido y se procede a la eliminación de cualquier forma sexual intermedia.
Se trata de hacer encajar la realidad en esa forma de interpretar el mundo que hemos decidido que es la mejor. En lugar de adaptarnos nosotros, a la realidad del mundo.
Por desgracia, la mayor parte de las ocasiones, para llevar a cabo la determinación sexual mediante la cirugía se ha faltado a la verdad y se han ocultado datos a los padres, e incluso a los mismos niños cuando, llegado el momento, se han preguntado por el tema en cuestión. Dejando a un lado, claro, el hecho de realizar la operación a un niño, quitándole la oportunidad de decidir por sí mismo como quiere que sea su cuerpo.
Por otro lado, una idea que subyace a todo esto es el concepto posado sobre un pedestal, al cual denominamos heterosexualidad. Para que el tratamiento e intervención quirúrgica sean considerados exitosos, el resultado ha de ser un adulto que cumpla con los cánones sociales de comportamiento, según su sexo. Y, como no, cuya orientación sea heterosexual.
Cambiando ahora un poco el foco de atención, si nos centramos en la transexualidad, resulta interesante plantearnos que nuestro modelo occidental no contempla, en absoluto, un lugar para aquellas personas que socialmente son mujeres pero genitalmente se designan como hombres. No hay una aceptación de esa situación de no coincidencia entre un apartado y otro.
La cirugía transexual apoya este modelo de género, haciendo coincidir el género y el cuerpo, como si de una enfermedad se tratara.
Por ello considero muy acertada la postura, que desde la antropología social se asume. Aquella que concibe la transexualidad no como una enfermedad individual, sino como un resultado de aplicar un modelo determinado de construcción sociocultural, a la identidad sexual y de género. Es un modelo que elimina la graduación y la diversidad propias del ser humano.
Y sería, poco menos que cauteloso preguntarnos, si es necesaria la aplicación de los avances tecnológico/científicos en el contexto de la intersexualidad y la transexualidad. Y en qué medida clasificaciones diagnósticas, tales como el CIE-10 y el DSM-IV, sirven para ayudar a una persona o para encasillarla en un grupo social, del cual para desvincularse necesita mutilar una parte de su cuerpo.
Todo el análisis anterior nos hace ver que necesitamos nuevos modelos de conocimiento acerca del sexo, el género, y los roles asociados a ellos. Es necesario revisar y aumentar en diversidad el modelo dicotómico actual. Pues se halla obsoleto y tenemos la responsabilidad, como psicólogos y ciudadanos, de analizar con rigurosidad la situación y promover los cambios sociales, políticos y científicos que sean menester para la aceptación de todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad.
Finalizar indicando que este es un tema poco menos que polémico y delicado, todo lo expuesto es un análisis personal realizado como reflexión, no pretende ser un juicio hacia nadie. Van por delante las disculpas si alguien se siente en algún aspecto ofendido, y por supuesto es un tema abierto a debate del que todos podemos participar.